Hace pocos meses en una reunión de políticos peruanos alguien señaló a viva voz que los focus group ya no servían, que eran cosa superada. Lamentablemente este es un mal extendido aún en quienes han tenido una “sólida” formación en marketing o que se auto ubican en el grupo de los que trabajan “profesionalmente” en el desarrollo de sus productos y servicios.
La verdad es que las dinámicas de grupo han cambiado a lo largo de los años; desde la manera en que se realiza, la forma de analizarlos y la presentación. Hoy se tiene a disposición de los clientes el uso de los “perception analyzers” para quienes quieren tener una fina identificación de las imágenes o palabras que generan mayor o menor impacto en su público objetivo; también se puede aplicar programas estadísticos como “R” para el análisis semántico o efectuar análisis lingüístico.
Estas son herramientas que dependen del investigador; por la capacidad de diseñar adecuadamente la investigación (saber a quienes preguntar), la guía de preguntas (qué preguntar), pero sobre todo como interpretar los resultados.
Las dinámicas de grupo plantean el reto de la falta de estandarización y de la subjetividad, además el principal problema a combatir es la superficialidad en la ejecución de las dinámicas y en el análisis. No quedarse en la pregunta pre establecida en la guía, sino ser capaz de encontrar la veta en la cual profundizar. Esto sólo lo da la experiencia, años de aciertos y errores, de elaborar el propio libro de decodificación que se crea en el ejercicio de la profesión.
Como verán las dinámicas de grupo o focus group no han muerto, lo que se debe hacer es complementar con las otras fuentes de información y entender cómo adaptarlos a nuevas temáticas o formas de interrelacionarse como son las redes sociales.
Preocupémonos para que las dinámicas que nos propongan no sean las de antaño, pidamos innovación.