Giovanna Peñaflor – CEO IMASEN
En una entrevista a cargo de Oswaldo Carpio, Analista político, en el programa “Camino al poder”, Giovanna fue consultada sobre la actualidad política en Ecuador y Latinoamérica.
¿Cuál es tu evaluación de la consulta popular en el Ecuador?
Lenin Moreno llega en un proceso electoral que gana ajustadamente. Su primera tarea fue ampliar su base de respaldo para poder darle gobernabilidad al país, logró salir de esa base inicial estando alrededor de una aprobación del 70% en un país que venía atravesando una situación económica muy complicada, más que todo por un tema del petróleo y el desastre natural.
Con la consulta quedó claro, en estos meses de gobierno, que el presidente goza de un respaldo importante por parte de la ciudadanía.
Existen diferencias entre Lenin Moreno y Rafael Correa, ¿tenían una visión estratégica diferente?
Existe un modelo propio; las principales diferencias han estado inicialmente en el tono de discurso. El ex presidente Rafael Correa tenía un lenguaje más confrontacional, no solamente en relación a los medios de comunicación o a la oposición política (la derecha), además le gustaba tener un discurso que pudiera sonar incluso más de extrema izquierda de lo que realmente era su gobierno, porque finalmente su gobierno siempre fue de un estado fuerte, sin llegar a tener las características que tuvo por ejemplo “Chávez” en su momento.
Este referéndum o consulta popular se da entre dos líderes, Lenin Moreno y Rafael Correa, que forman parte del proyecto socialismo del siglo XXI, ¿cuál es la particularidad de este proyecto en Ecuador?, ¿cuáles son las consecuencias para Ecuador?
Es un gobierno de izquierda, es decir, apostaba por un estado fuerte. Ecuador en esos momentos necesitaba de un estado como este, más que nada por todos los problemas de crisis política y económica que lo habían sacudido; entonces aquí observamos la importancia de esta metodología que brinda servicios básicos y presencia al país.
Lenin Moreno llega a darle un nuevo aire, es un líder más dialogante a comparación de Rafael Correa.
¿Rafael Correa tiene una visión estratégica diferente a la de Lenin Moreno?
Cuando Lenin Moreno fue el vicepresidente de Rafael Correa, tuvo una actitud distinta en términos de los tonos de la apertura de los medios y a la apertura respecto a otros sectores políticos. Él se fue del gobierno con una imagen que no es distinta a la que presentó como candidato a la presidencia.
También podemos agregar que es distinto Ecuador bajo el mandato de Rafael Correa que bajo el mandato Lenin Moreno, la forma de ser de cada uno de ellos lleva a que la política y las relaciones frente a las instituciones sean totalmente diferentes. Cabe resaltar la importancia de terminar votando por un cambio con continuidad y no por un cambio abismal como fue el caso de Argentina.
Como ha quedado Ecuador después de la consulta ciudadana, ¿hay un mayor grado de gobernabilidad? ¿hay una mayor división?
No existe división alguna, ambos (Moreno y Correa) pertenecen al mismo partido político por lo que no existió una confrontación fuerte entre dos partidos diferentes como sucedió en nuestro país.
El gobierno de Lenin Moreno tiene la posibilidad de consolidar esa base de apoyo que logró después del proceso, eso va a pasar fundamentalmente no por los temas políticos sino por los temas económicos.
¿Cómo va a enfrentar el presidente Lenin Moreno estos problemas económicos?
La situación hasta el momento se ha mantenido estable, están haciendo un manejo económico que ojalá logre mantenerlo en ese camino. Existen problemas estructurales, la dependencia del petróleo por ejemplo, que puede estar mejor como hace un tiempo atrás pero no da para que el país tenga el nivel de reactivación que la gente espera.
En Ecuador el presidente Rafael Correa impulsó la inversión minera y el petróleo, ¿qué va a hacer Lenin Moreno frente a esta nueva situación? ¿habrá mayor inversión o se realizará un cambio?
En la práctica, Ecuador no ha logrado el boom de inversiones que en su momento tuvo el Perú, y esto fue por el tipo de liderazgo que tuvo Rafael Correa. Él no logró solucionar algo tan importante como que a la inversión estatal la acompañara la inversión privada. Caso opuesto ocurrió en el Perú, nosotros en su momento tuvimos mucha inversión privada que no fue sostenida por una inversión estatal adecuada.
¿Qué pasos le recomendarías a Lenin Moreno por el bien de Ecuador?
Hay un tema que él tiene que evitar y es “el síndrome de PPK”, que va más por un tema de falta de eficiencia. Hoy en día la gente te pide que seas eficiente, resuelvas problemas y des soluciones.
El foco de aquí en adelante va por las oportunidades que se le va a ofrecer a la población, más empleo, mejores sueldos, y es un reto importante que se debe afrontar con las herramientas necesarias.
Estos cambios en América Latina, de izquierda a derecha, ¿cómo los evalúas?
El principal problema de Latinoamérica es la desigualdad. Si logramos que la gente siga apostando por el tema de votar y los procesos electorales como mecanismo de solución, no veo preocupación que sea de izquierda o derecha.
Nuestra aspiración debería llegar a ser como Chile, en el sentido que, si gana Bachelet o Piñera, no genera ningún problema. Para llegar a eso, a gran parte de Latinoamérica le falta bastante.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre hacer consultoría política en el Perú y en otros países de Latinoamérica?
Una de las principales diferencias está en la calidad de los cuadros políticos. Por ejemplo, en Colombia, la calidad de los políticos y el nivel educativo es muy alto comparado al promedio que uno encuentra en nuestro país. En el Perú, a veces da la impresión de que uno llega a ser alcalde, ministro o presidente, sin tener la más mínima idea de lo que va a hacer. En pocas palabras, no están totalmente preparados para afrontar un cargo tan alto como al que quieren llegar.
El gran problema radica en la preparación previa, la mayoría le da prioridad al activismo antes que a la reflexión (táctica /estrategia). En el Perú estamos en la táctica, en el día a día, coyuntura, gestión de crisis; pero no en la política a largo plazo y planificación.
¿Crees que en América Latina se requieren nuevos líderes que ubiquen a estos países en distintos espacios políticos que tratar de darle una nueva presencia en el mundo? El gran problema está en que pensamos que una persona cambiará los sistemas y que en 4 o 5 años van a significar cambios radicales, lo cual es imposible dado que el gran problema, es el sistema.